Bajo la Máscara - Capítulo 56: Presumiendo

 

Capítulo 56

Presumiendo

Cuando Qi Cheng se despertó por la mañana, sintió que alguien lo estaba besando a escondidas. Desde la frente hasta la punta de la nariz. Cuando los labios cayeron sobre los suyos, Qi Cheng fingió no darse cuenta y siguió simulando que dormía para disfrutar del dulce bocado que le ponían en la boca.

Qi Zhong se había lavado la cara y se había cepillado los dientes. Estaba limpio y fresco. Un beso, y luego otro, y de tanto besar, se sintió incómodo, con una picazón en el corazón.

Después de unos diez minutos, Qi Cheng habló de repente:

—Hay que levantarse.

—... —El hábito de robar besos hizo que Qi Zhong le diera unos cuantos más.

Cuando finalmente bajaron a desayunar, Jiang Jing ya se había ido.

Xia Li y sus dos amigos estaban sentados a la mesa. Había comida local, con un olor delicioso que abría el apetito. Mientras comían, observaban a Qi Cheng y Qi Zhong, que bajaban juntos. Los dos se habían cambiado de ropa y parecían relajados. Salieron del ascensor con un aire brillante y atractivo, como si la escena del beso que habían presenciado la noche anterior nunca hubiera ocurrido. El ambiente entre ellos era natural, la distancia era normal, sin la extrañeza ni el empalago que habían imaginado.

Qué raro.

Los tres se miraron. Empezaron a pensar que tal vez habían visto mal la noche anterior, ¿será que no fue un beso, sino un efecto óptico?

Los dos, que no sabían que los habían visto besarse junto al puente, se sentaron. Qi Zhong se sentó deliberadamente separado de Qi Cheng, mostrando que su "relación con Qi Cheng era inocente".

Esto era parte del plan que habían elaborado por la mañana. Qi Zhong le había comentado a Qi Cheng mientras se bañaba que era mejor disimular delante de los demás. Además, tenían la emoción de un secreto. ¡Esperarían hasta graduarse para soltar la bomba y asustar a todo el mundo!

Bollos, palitos de masa frita y leche de soya. Qi Cheng probó la comida local y asintió inconscientemente:

—Está bien, sabe rico.

—¿Verdad? —Zhu Fan comió un wonton—. Yo ya comí mucho. Ustedes son muy lentos.

—Nos dimos una ducha —Qi Zhong se metió un bollo en la boca—. ¿Adónde iremos hoy?

¡Eran demasiado normales! ¡Demasiado!

Influenciados por la actitud de los dos, los demás se olvidaron de lo que había pasado la noche anterior y se dedicaron a planear a dónde ir.

El tiempo de vacaciones del Festival del Medio Otoño era perfecto. Era octubre, y el clima era fresco. ¡Incluso si la ciudad H era un horno, se sentía cómodo!

Los amigos se divirtieron durante dos días en la ciudad H. Al tercer día, tomaron el avión de regreso a la provincia S. Esta vez, el vuelo de hora y media los dejó exhaustos, y todos se durmieron. Al salir del aeropuerto, tuvieron que despedirse.

Han An y Qi Zhong caminaban delante charlando animadamente sobre todo. Xia Li y Zhu Fan, siguiendo a Qi Cheng, se quejaban por detrás:

—Se acabó, el tiempo que queda después del Festival del Medio Otoño es un infierno en la tierra.

—Ya estamos en el infierno. ¿Hiciste los exámenes? ¡Una pila de exámenes! ¡Dios mío!

—Mi mamá dijo que de ahora en adelante, cada vez que vuelva a casa me va a supervisar. Se acabó el ver televisión o dormir hasta tarde.

—Ay... —Los estudiantes de último año suspiraban, agotados.

Qi Cheng, con las manos en los bolsillos, los escuchó en silencio. Cuando terminaron de quejarse, señaló a los dos de adelante y preguntó: —¿Por qué esos dos tienen cada día más cosas de qué hablar?

—Se caen bien —dijo Xia Li—. Anoche Qi Zhong vino a nuestra habitación. ¡Dios mío! Estuvo hablando con Han An por horas. Tienen muchos temas en común. Según Han An, es un mundo de "malos estudiantes" al que no podemos entrar.

Zhu Fan añadió: —Los escuché un rato anoche. Hablaban de cómo estudiar rápido, los trucos para sacar buenas notas, y también de todo tipo de partidos de fútbol. Hablaban de la Superliga, de la Liga Española, yo no entendía nada.

Qi Cheng: —Yo sí entiendo.

... ¿Y?

Qi Cheng miró sus rostros de ignorancia, giró la cabeza con total calma y decidió no decir nada más.

Se despidieron con un abrazo en la puerta del aeropuerto. Qi Zhong y Qi Cheng se abrazaron por última vez, se dieron dos palmaditas en los hombros y se separaron.

—¿Entonces, hasta luego?

La gente entraba y salía detrás de ellos. Los amigos estaban pidiendo un taxi en la calle. La familia de Qi Cheng había venido a buscarlo, y ellos se irían primero.

—Ajá —Qi Cheng hizo un gesto con la cabeza hacia la calle—. Vete ya.

Él se quedó quieto, con el cuerpo erguido. Qi Zhong abrió los brazos de nuevo y lo abrazó. Este abrazo fue muy fuerte. Qi Cheng sonrió y también lo abrazó.

Un taxi se detuvo en la calle. Xia Li y sus amigos, que se habían hecho muy unidos durante el viaje, gritaron a Qi Zhong: —¡Qi Zhong, sube al carro!

Qi Zhong por fin supo lo que significaba la "pena de separarse". Soltó a Qi Cheng, lo miró, y de repente, tuvo una idea brillante. Rápidamente, le revolvió el pelo a Qi Cheng antes de soltar una carcajada, alzó sus largas piernas y se fue corriendo a toda velocidad.

Qi Cheng: —...

El atractivo joven tenía el pelo hecho un desastre. Le caía sobre los ojos, desordenado como plumas de gallo. Qi Cheng levantó un dedo hacia el taxi.

Dentro del carro, los amigos se desternillaban de la risa.

—¡Dios mío! ¡Conductor, rápido, rápido! ¡Jajajaja, huyamos!

Después de que el carro se fue, el teléfono de Qi Cheng sonó. El idiota que acababa de desordenarle el pelo le envió muchos emojis de nalgadas. Qi Cheng sonrió y escribió: "Qué descarado eres."

Una voz lo llamó desde la carretera: —¡Hermano—!

Qi Cheng guardó el teléfono en el bolsillo, levantó la vista y se sorprendió: —¿Jiang Heng?

La piel de Jiang Heng estaba varios tonos más oscura, y cuando sonreía, sus dientes blancos brillaban. No paraba de saludarlo:

—¡Sube rápido, hermano!

Parecía que la actividad de intercambio rural lo había vuelto mucho más animado.

Qi Cheng se subió al carro y le echó varios vistazos a su piel. Jiang Heng no se dio cuenta, y siguió contando con entusiasmo lo que había visto. Jiang Feng, que conducía, torció la boca varias veces. No soportaba la imagen actual de su hijo, pero no quería desanimarlo. En fin, mejor veo a mi hijo mayor para limpiar mis ojos.


Después de un emotivo regreso a casa y un día de descanso, el segundo día comenzó la agenda de clases infernal.

Aprovechando las vacaciones del Festival del Medio Otoño, la escuela ajustó el horario, cambiando del horario de verano al de invierno. La clase de educación física fue eliminada, y ahora se levantaban media hora antes cada día para dedicar veinte minutos a correr y hacer ejercicio.

La única clase de relajo había desaparecido, y la carga de estudio aumentó. A partir de octubre, los exámenes eran el pan de cada día. Ayer era el paraíso, hoy era el infierno. Este horario solo molestaba a estudiantes como Qi Cheng porque tenían que levantarse media hora antes. Sin embargo, para los estudiantes con poca disciplina que se dejaban llevar, las quejas eran constantes y era difícil de aceptar.

Cuando Qi Cheng terminó las clases del día, Qi Zhong bajó corriendo para ir con él a comprar la cena en la cafetería.

Wu You, al igual que Xia Li y los demás, disfrutó del privilegio de esperar en el salón a que ellos le trajeran la comida. Como se sentía solo, Wu You también se fue al salón 3 de antemano para infiltrarse en el "territorio enemigo" de su buen amigo. Xia Li y los demás le dieron una entusiasta bienvenida.

En la cafetería, Qi Cheng se puso detrás de Qi Zhong. Como había mucha gente, discretamente pasó su brazo alrededor de Qi Zhong. Era muy audaz, y a su edad, ya tenía la conciencia de marcar su territorio. A veces, cuando la gente detrás chocaba con él, Qi Cheng aprovechaba el impulso para acercarse más a Qi Zhong.

Qi Zhong, con las manos en los bolsillos, no mostraba ninguna expresión, pero en realidad, sus músculos estaban tensos. Disfrutaba de la "emoción" de estar a escondidas. Se sentía tan bien que se le erizaba la piel. Le costaba controlar su expresión, y sentía que la mano de Qi Cheng en su cintura, aunque casual, ardía.

—¿Qué quieres comer? —Qi Cheng, aprovechando su altura, miraba los platos detrás de la ventana y le susurraba los nombres de las comidas al oído de Qi Zhong—. Pollo picante, col salteada con vinagre, costillas agridulces, berenjena, brotes de soya y muslo de pollo.

Qi Zhong caminaba a pequeños pasos, temiendo que Qi Cheng no se pegara a él. Apoyaba la mayor parte de su peso en Qi Cheng.

Qué dulce es esto. Con razón el emperador no se levantaba temprano, con solo apoyarse así, es delicioso y no dan ganas de moverse.

Qi Cheng se rió en voz baja y lo pellizcó: —Rápido, ve qué quieres comer.

—Cualquier cosa —Qi Zhong siseó y metió la mano hacia atrás—. Me toca a mí.

Iba a tocar donde no debía. Qi Cheng le agarró la muñeca a tiempo, y luego, sonriendo, no la soltó, jugando con su mano.

Cuando terminaron de comprar la comida, adoptaron una actitud de "somos hermanos normales y serios".

De vuelta en el salón, repartieron la comida, y todos dieron las gracias. Qi Zhong vio que Wu You estaba allí, así que decidió no volver a su salón y se quedó a comer con Qi Cheng y sus amigos.

En el salón 3, además de ellos, solo había unos pocos esperando su comida. Mientras comía, Qi Zhong sintió de repente que una mirada se posaba en él. Levantó la vista y vio al chico delgado sentado en el frente.

Cuando el chico notó que lo había visto, se puso pálido y se dio la vuelta rápidamente. Qi Zhong entrecerró los ojos y se giró para mirar a Qi Cheng. Este estaba siendo melindroso, así que decidió ignorar el asunto del chico por el momento.

—¿No vas a comer esto?

Qi Cheng, con desdén: —No se ve bien.

Qi Zhong se rió: —Guapo, tu razón para ser melindroso es muy original.

Qi Cheng contuvo la risa y fingió ser serio: —Gracias por el cumplido, yo también lo creo.

Qi Zhong pensó: De acuerdo, tendré que tener cuidado cuando cocine. Todo lo que no se vea bien, tengo que hacerlo hermoso antes de ponerlo en la boca de Qi Cheng.

Eran el grupo más ruidoso a la hora de comer. Nadie miraba sus teléfonos. Todos hablaban de cosas divertidas. Mientras charlaban, Zhu Fan intervino de repente:

—Esa vez que Qi Cheng se enfermó, el doctor de la enfermería me miró mal varias veces. Esa mirada fue increíble. Sentí que me congelaba.

Xia Li también recordó:

—¿Te refieres al doctor guapo que era muy amable con Qi Cheng? Sí, era frío, pero por el botiquín y el Vick Vaporub, tenemos que darle las gracias a ese crack.

—¿Doctor guapo? —Wu You preguntó con curiosidad—. ¿En la enfermería de nuestra escuela hay doctores guapos?

—Sí —asintió Xia Li—. Muy guapo, y muy joven.

Qi Zhong le dijo a Qi Cheng en secreto:

—¿No querías entrar a la Facultad de Medicina de la Universidad S? Si este tipo es doctor y es tan joven, debe ser muy bueno. Deberías ir a hacer amistad con él cuando tengas tiempo, y aprenderle algunos trucos.

Sus garras de perro tocaron el cabello de Qi Cheng: —Tranquilo, si no sabes cómo hacer amistad, yo iré a ayudarte a conocer a ese doctor.

Qi Cheng le quitó la mano y le metió un poco de arroz en la boca. Aunque era arroz, era dulce. Qi Zhong, en respuesta, le dio un bocado de verduras, quitando especialmente las que no se veían bonitas.

Cuando terminaron de comer y salieron, volvieron a tener su actitud de "somos hermanos normales y corrientes".

Mientras comía, Qi Cheng pensó en el doctor debido a las palabras de Qi Zhong. Antes no tenía una idea clara de a qué universidad ir, cualquier lugar estaba bien, cualquier especialidad también. Pero aquella vez que fue a buscar al doctor, observar su método de tratamiento despertó su interés sin querer. La vez que se enfermó, ver la revista médica de Gu Huai le dio aún más ganas de investigar.

Al pensarlo bien, siempre prestaba atención, sin querer, a la información sobre tratamientos o medicina que encontraba. Incluso la vez que Xia Li se enfermó, en su primer encuentro con el doctor, aceptó la solicitud de amistad de Gu Huai, en parte porque era doctor.

Aunque estaba seguro de que no había hecho nada ni sentido nada, y había añadido al doctor antes de empezar a salir con Qi Zhong, Qi Cheng sintió una sutil punzada de culpa. Si tengo novio, ¿debería ser más cuidadoso con la actitud que tengo hacia los demás?

Qi Cheng frunció el ceño, pensativo. Miró a Qi Zhong.

Este estaba presumiendo de su mejora de doce puestos en el salón. Xia Li y los demás le preguntaban con curiosidad cómo había mejorado tanto de repente. Presumía de su inteligencia, luego de su atractivo innato, y al final, presumía de Qi Cheng.

Qi Cheng, el objeto de su presunción, estaba apoyado en la pared, con el rostro en la mano, mirándolo presumir, y sonrió mientras lo observaba:

—Todavía no me he cansado de la parte en que presumes de mí.

Qi Zhong le hizo un gesto de OK por debajo de la mesa. Le estaba diciendo que bajara la voz, que ya presumiría de nuevo más tarde, para no asustar a la audiencia ahora.


La autora tiene algo que decir:

Qi Zhong puede ser muy normal, pero a mi parecer, es la persona más adecuada para Qi Cheng.


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