Nan Chan: Extra II - Libro Tradicional
Arte de mdzspring
Extra 2
Espada del Amor
Ah Yi guardaba rencor por haber terminado comiendo aquel caramelo agrio la otra vez, así que disimuladamente añadió un poco de savia del Árbol Can Li en el té de Jing Lin. Ya era de noche cuando Jing Lin tomó el té. Antes de irse a dormir, le preguntó a Cang Ji: "¿Cuándo fue servido este té?"
Con Jing Lin en sus brazos, un Cang Ji medio somnoliento le preguntó: "¿Pasa algo?"
Jing Lin lo pensó por un momento y respondió: "Sabe a pasto"
Cang Ji sostuvo el mentón de Jing Lin, besándolo y lamiéndolo por tanto tiempo que Jing Lin se vio empapado de sudor. Solo después de haber sido molestado hasta la segunda mitad de la noche que pudo dormir.
Cang Ji acarició su cintura antes de dormirse, satisfecho de haber hecho un buen trabajo alimentándolo, ahora Jing Lin estaba apapachable y era muy agradable de acariciar. Él atrajo a Jing Lin por entero, apretujándolo entre sus brazos y así los dos durmieron abrazados.
◈ ◈ ◈
Cang Ji no consiguió continuar durmiendo tan profundamente a la mañana siguiente. Él buscó a la persona entre sus brazos y solo encontró un vacío, fue allí cuando abrió sus ojos, tampoco encontró a esta persona dormida en su pecho.
Cang Ji, distraído, sacudió su cabello. Con sus ojos somnolientos, vio que en el cobertor que llegaba hasta su cintura aparecía un bulto; de repente, apareció un peso adicional en su vientre, apareciendo un pequeño Jing Lin, de cerca de cinco o seis años, mientras gateaba debajo del cobertor.
Ambos intercambiaron miradas sorprendidos, entonces Cang Ji se sentó rápidamente sacándolo de entre las mantas. "Cariño, ¿¡diste a luz a mi hijo durante la noche!?"
Pero él no vio a ningún Jing Lin adulto en la alcoba. Sus movimientos hicieron que el Jing Lin que estaba sobre él rodara fuera de la cama. El pequeño Jing Lin débilmente dijo: "Tonterías, Qué es lo que está pasando..."
En el momento en el que Cang Ji escuchó esa voz infantil, se envolvió en el cobertor, en cuanto daba algunas vueltas alrededor de Jing Lin. De repente, comenzó a reírse con fuerza mientras envolvía a Jing Lin con el cobertor junto con él. "Mi querido Jing Lin, hoy deberás de llamarme papá. ¡Gege te cuidara como si fueras mi hijo querido!"
Jing Lin estaba aún pasando por un estupor cuando Cang Ji lo llevó para lavarse. Solo después de que le limpiaran el rostro, Jing Lin pudo volver en sí. Pero en el momento que su mente se aclaró, su estado de ánimo decayó un poco.
Cang Ji había sido el que había enjuagado el rostro de Jing Lin, había usado tanta agua que hasta el cuello de sus ropas estaba todo mojado. Jing Lin no quería que continuara lavándolo, así que le hizo una mueca para que parara, pero como no podía alzarse solo hasta la mesa alta, solo pudo dejar que Cang Ji lo levantara para que él mismo pueda terminar de lavarse.
Terminando de lavarse, se vistió con ropa nueva. Cang Ji no le dejó usar su ropa usual de color azul y, fuera de sus expectativas, lo envolvió con un manto con patrones carmesíes.
Nada más vestirlo, Cang Ji cepilló su cabello. Aquel cabello parecía tan suave y sedoso al toque, la manera en la que Cang Ji lo peinaba estaba al borde de parecerse como si estuviera acariciando a un pequeño animal.
"No quiero una cola de caballo". Jing Lin se sentó bien derecho mirando al espejo.
"¿Cuántos años tienes?" Cang Ji añadió: "Todo el mundo a tu edad lleva el cabello amarrado en un moño".
Jing Lin frunció los labios y dijo. "No quiero llevar mi cabello amarrado."
Miren esa carita, pareciendo tan desolada.
Cang Ji rápidamente deshizo el moño y con poca delicadeza lo sustituyó por una pequeña corona de plata. "Bueno, bueno, Voy a cambiarte de peinado ahora."
Después de peinar su cabello, Cang Ji lo levantó para sentarlo sobre sus hombros. Jing Lin estaba vistiendo un manto que estaba bordado con figuras de peces carpas en el interior, rodeado de una capa de terciopelo blanco en el exterior.
"Papi va a llevarte a jugar", Cang Ji exclamó. "Vamos a jugar lo que quieras y comer todo lo que desees."
Jing Lin sujetó algunos mechones del cabello de Cang Ji y, con toda la seriedad del mundo, le corrigió. "No eres mi papá. Eres mi gege."
◈ ◈ ◈
Ya se acercaba el fin de año en Zhongdu y la capital estaba adornada con linternas coloridas y un sinfín de decoraciones por todas partes. La nieve restante en las calles repletas de personas aún no se había quitado. La gente se movilizaba con dificultad empujándose entre ellos. Cang Ji era alto, así que Jing Lin pudo mirar por encima de la densa masa de cabezas, pasando a ver los variados edificios llenos de linternas y estantes de flores, todo siendo observado desde los hombros de Cang Ji. Las voces de los artistas y vendedores de dulces a lo largo de las calles se entremezclaban. Las pequeñas piernas de Jing Lin comenzaron a balancearse inconscientemente.
Cuando Cang Ji pasaba por el puesto que vendía las figuras de azúcar, Jing Lin exclamó rápidamente: "¡Gege!"
El dueño del puesto era un hombre astuto y comenzó a dibujar una figura de azúcar para Jing Lin, pero Jing Lin no la aceptó. Al contrario, él le dijo: "Quiero a un pez o un dragón."
Viendo esto, Cang Ji sujetó la pequeña figura de azúcar, llevándola a su propia boca, para luego lanzarle una moneda de oro al dueño del puesto. "Deme dos más. Un pez carpa y un dragón."
Satisfecho, Jing Lin se llevó sus figuritas, una en cada mano, moviéndose a la par de Cang Ji al morderlas.
"¿Está rico?" Cang Ji le preguntó.
"Está delicioso", respondió Jing Lin.
Cang Ji le respondió: "Entonces compraremos más."
Jing Lin, con sus brazos alrededor de la cabeza de Cang Ji y negó balanceándose como respuesta. "No puedes comer de más, sino te van a doler los dientes."
Encontrándolo novedoso, Cang Ji se sacudió con picardía y bromeó: "¿Acaso ya perdiste un diente antes?" ¿Tienes un hueco entre tus dientes, del tipo en el que el viento pasa libremente mientras hablas?"
Jing Lin estiró su cuello, mostrando todos sus dientes para Cang Ji. "¡No hay ningún hueco! ¡Ni ninguna fuga!"
Cang Ji se puso a reír. Él, entonces, bajó a Jing Lin y se lo llevó bajo el brazo.
Jing Lin balanceó sus piernas mientras se agarraba al brazo de Cang Ji. "Gege, ¿hacia dónde vamos?"
Cang Ji se abría paso empujando a los demás para fuera del camino y subiendo las escaleras con Jing Lin siguiéndolo. "Vamos a tomar el desayuno. El más delicioso de toda la capital."
◈ ◈ ◈
Huachang estaba mirando su maquillaje en el espejo cuando Xiyan llegó corriendo y exclamó: "Señorita Jefa, el Señor Emperador... el Señor Emperador está aquí con su hijo!"
Huachang se quedó tan asustada que ni siquiera se acordó de llevar su pequeño abanico dorado antes de salir corriendo. "¿Qué está pasando? ¿¡Cómo es que el Señor Emperador y el Joven Maestro tuvieron un hijo!?"
"Tiene que verlo", dijo Xiyan. "Es igualito al Joven Maestro. ¡Está tomando desayuno justo ahora!"
Huachang bajó la escalera y espió entre las cortinas superpuestas de seda para observar a Cang Ji que estaba sentado al lado de la ventana. Su mirada cambió mientras se dirigía, con asombro, a la pequeña figura sentada al otro lado de la mesa junto a Cang Ji.
Huachang se encontraba aturdida. Ella se fue aproximando de forma vacilante hacia ellos y, cuando vio claramente los rasgos de Jing Lin, no pudo ocultar su tez pálida y aterrorizada cuando preguntó: "Señor Emperador, ¿¡cuándo es que ustedes dos dieron a luz a este pequeño!?"
Cang Ji dijo: "Cuando nació, fueron observados fenómenos astronómicos en el Cielo y la Tierra. ¿Con lo fuerte que ha nevado en estos últimos días, no pudiste darte cuenta?."
Huachang retrocedió tambaleante y dijo estupefacta. "Nunca escuché algo como esto. ¿Dónde se encuentra el Joven Maestro ahora?"
Un desconcertado Jing Lin dejó sus palillos y se dirigió hacia Huachang con una expresión solemne: "Estoy aquí."
Pero Cang Ji solo pudo notar que Jing Lin había crecido mucho. Cuando ellos salieron de casa esta mañana, él tenía apenas unos cinco o seis años; pero ahora, ya parecía tener unos once o doce años. Él miró a Jing Lin, observándolo atentamente, como si quisiera llenar su corazón con todas las facetas del pasado de Jing Lin que nunca había visto antes.
Como si supiera de ello, Jing Lin se sonrojó levemente. Sucedía que su mentalidad ahora era la de un jovencito de once o doce años. Su naturaleza estaba comenzando a definirse en esta época, y él no tenía a la pequeña estatua de piedra, por lo que no podía esconder sus pensamientos. Viendo a Huachang aún en estado de perplejidad, le explicó: "No necesitas preocuparte. Ayer por la noche, antes de dormir, bebí un poco de té, es probable que tuviera disuelto la savia del árbol Can Li en él. Solo faltan pocas horas para que vuelva a la normalidad."
"No hay prisa", dijo Cang Ji. "Aún no terminé de llevarte a pasear para que te diviertas."
Jing Lin bajó la mirada y tomó un sorbo del té. Luego de un tiempo, miró tranquilamente a Cang Ji y le dio una sonrisa mientras decía: "¡Gege!"
Cang Ji tragó todo el té y tomó un puñado de dulces para darle todo a Jing Lin. "Vámonos si ya comiste lo suficiente. Iremos a buscar otra cosa."
Jing Lin dobló la envoltura del dulce con mucho cuidado. Después de levantarse, le sonrió a Huachang agradeciéndole antes de correr hacia Cang Ji.
Esa sonrisa dejó a Huachang totalmente cautivada. ¿Cómo él podía ser Lord Lin Song? Claramente era un joven maestro que todos adorarían y amarían. Jing Lin no solo no estaba usando sus ropas blancas habituales, como también no cargaba consigo la Espada Yan Quan. Todas las historias, aquellas que hacían que muchos empalidecieran apenas con escuchar una simple mención de su nombre, habían desaparecido sin dejar ningún rastro.
Cang Ji asumió la lideranza al bajar las escaleras. Jing Lin corrió hacia la barandilla y estiró su cuello para verlo. Cang Ji miró hacia arriba y le dio un guiño perezoso mientras abría sus brazos y le decía: "¡Vamos!"
Entonces Jing Lin bajó las escaleras, dio algunos pasos y saltó a los brazos de Cang Ji. Antes de que volviera a pisar el suelo, Cang Ji lo envolvió en sus brazos, abrazándolo.
"Gege", dijo Jing Lin. "He crecido. No podemos salir de esta forma."
"¿Por qué no?" Cang Ji le respondió. "Ahora mismo tú y yo somos hermanos. Si yo, como tu hermano mayor no te aseguro de esta manera, qué es lo que podría hacer para no perderte?"
El rostro de Jing Lin se sonrojó. "No voy a perderme si te sigo."
Viendo que actuaba tímido, Cang Ji no forzó más este asunto. Jing Lin ya era ahora un muchacho de unos once o doce años. Cang Ji solo quería hacerlo feliz.
Cang Ji lo liberó y extendió la palma de su mano hacia él. "Voy a asegurar tu mano mientras caminamos."
Jing Lin saltó de alegría al darle su mano a Cang Ji. Cang Ji lo sostuvo, incapaz de contenerse y lamentarse para sus adentros de lo pequeño que Jing Lin aún era. El Jing Lin a esta edad había acabado de pisar la Montaña. Él hasta hablaba con acento y parecía ignorante a las cortesías al dirigirse a otros. Su verdadera naturaleza, no obstante, permanecía más o menos intacta.
◈ ◈ ◈
Él es así.
Cang Ji pensó, en cuanto conducía a Jing Lin para salir por la puerta.
Tantos años han pasado y él no ha cambiado nunca. Es así como Jing Lin siempre ha sido.
◈ ◈ ◈
Jing Lin dejó que Cang Ji lo llevara de la mano. Él no parecía ni un poco inclinado a mirar a su alrededor, su curiosidad juvenil estaba toda reprimida en su corazón.
Cang Ji, por otro lado, parecía estar mucho más relajado, conduciendo a Jing Lin por las calles, preguntándole por cualquier cosa que se le apareciera en frente.
"¿Por qué todos están comprando poemas?", preguntó Cang Ji.
Jing Lin le respondió rápidamente "Porque ellos acostumbran comprar los dísticos más convenientes para ellos durante el año nuevo."
Cang Ji lo quedó mirando pensativo y preguntó: "¿Entonces por qué no me dijiste eso en todos estos años?"
Jing Lin que estaba parado al lado del puesto de poemas se quedó mirando por un tiempo: "...No es como si fuéramos humanos. ¿Gege, nunca has celebrado un año nuevo antes?"
El gege de Jing Lin dejó a Cang Ji de muy buen humor. Después de estudiar los escritos por un tiempo, Cang Ji mencionó: "He vivido entre los demonios desde el día que nací. Los años en el reino humano fueron muy cortos. Para mi es como cuando me quedo borracho o tomo un descanso."
Mirando como si hubiera pensado en algo, Jing.Lin dijo: "Cuando estaba en Zhongdu, muchas veces vi a los humanos comiendo bollos durante el festival de primavera. ¿Los has probado antes?"
"No", respondió Cang Ji. "¿Tú ya?"
Jing Lin se tomó un momento para hacer memoria. "Sí. Cuando todavía no había entrado en la etapa de Perfección, la secta los repartía."
Un show de acrobacia apareció frente a ellos, la multitud de personas comenzó a aglomerarse en dirección hacia ese lado, Jing Lin no pudo evitar dar algunos pasos hacia allá, por los empujones de la gente. Él agarró con fuerza la mano de Cang Ji en medio de la multitud y continuó mirándolo con miedo de ser empujado lejos de él. Cang Ji, por otro lado, no le dio la chance de sentir miedo y llegó hacia él al instante.
El dulce que Jing Lin tenía en la boca ya se había vuelto agua. Él vio como unas señoras vestidas con ropas amarillas intentaban pasar por su lado, abriéndose camino entre la gente, en cuanto arrastraban sus colas detrás de ellas. Las estanterías de las tiendas de ambos lados estaban abiertas mientras la gente se inclinaba sobre ellas. Varias palomas asustadas salieron del viejo árbol que estaba detrás de una mansión, volando en dirección al cielo claro y azul. Los aplausos y risas alrededor de Jing Lin le dieron vagamente la sensación de que estaba en un sueño.
Cang Ji dijo algo. Jing Lin no captó lo que él dijo e inclinó su cabeza confuso, sin embargo, Cang Ji solo le dio unos golpecitos en su cabeza sin volver a decir de nuevo sus palabras.
◈ ◈ ◈
Ah Yi le dio una mordida al bollo al vapor y vio Cang Ji entre la gente. Con la conciencia pesada, aseguró el bollo en su boca, echando algunas otras miradas disimuladamente. Él no vio claramente a Cang Ji, pero observó a la persona que Cang Ji estaba sosteniendo la mano.
Ah Yi empujó la silla hacia un lado y los siguió sigilosamente. ¡Realmente funcionó! Ah Yi se dijo a sí mismo. Ni siquiera su Ah Jie sabía como Lord Lin Song se veía cuando era niño.
Al mirar la espalda de Jing Lin, se sintió cada vez más curioso. Vio a Cang Ji conversando con alguien y saliendo a comprar piña cristalizada, entonces se escabulló hasta llegar atrás de Jing Lin y juntó valor para darle unos golpecitos en su hombro.
"Jiu-ge" Ah Yi estiró su cuello. "¿Viniste aquí para jugar?"
Jing Lin miró hacia atrás, pero Ah Yi saltó con una expresión de "¡Wow!". Con los ojos bien abiertos, lo examinó y vislumbró que Jing Lin aún estaba sosteniendo una pequeña bolsa que Cang Ji le había dado. Él no era tan alto como Ah Yi, pero estaba bien vestido y emanaba elegancia.
Con los labios fruncidos, Jing Lin tragó el jugo dulce y miró sin ninguna expresión hacia Ah Yi. "¿Fuiste tú quien colocó la savia del Árbol Can Li en el té?"
Ah Yi no le tenía miedo. Comenzó a dar vueltas en torno de Jing Lin, sintiendo muchas ganas de dar palmaditas a su cabeza. Luego de oír eso, resopló y cruzó los brazos diciéndole a Jing Lin con un aire mandón: "Puedo ser considerado tu gege ahora. ¿Cómo puedes hablarme de esa manera?"
"Estás pidiendo una paliza", dijo Jing Lin.
"Con tu actual apariencia, no puedes ni siquiera derrotarme", añadió Ah Yi. "Jiu... Ahem, ¿¡Dónde está tu Espada Yan Quan!?"
Jing Lin sacó un pedazo del dulce de su bolsa. "No quiero conversar contigo."
Ah Yi se rió y arrebató la bolsa de Jing Lin. Balanceándola, le exigió: "¿Me vas a decir o no? ¡Si no me lo dices la voy a arrojar a la basura!"
Jing Lin masticó con fuerza el dulce en su boca y puso las manos en la cintura. "Puedes ver con tus ojos que no la tengo conmigo. Devuélvemela. Me estoy irritando."
Ah Yi, confiando en su altura, se sintió particularmente arrogante y cada vez más encontraba peculiar ver a un Jing Lin tan pequeño. Él balanceó la bolsa, recusándose a dársela.
Ni un poco ansioso, Jing Lin solo añadió: "Hazlo y vas a terminar llorando cuando termine de crecer"
"Me alejaré después de hoy". Ah Yi levantó un dístico de "bendición" del puesto de poemas más cercano y lo miró al revés. Agarrando la bolsa, dijo: "¡Para ese momento ninguno de ustedes será capaz de encontrarme! ¿Que hay aquí adentro? Es tan pesado."
Mientras Ah Yi hablaba, dirigió su mano para abrir la bolsa y dar una ojeada. Jing Lin de repente detuvo su camino y dijo con un semblante serio: "No quiero dejarte verlo. Suéltalo."
"Es solo una bolsa", Ah Yi sintió que él era muy egoísta. "¿¡Cuánto vale esto!? Tus gastos de un día suman mucho más que esta bolsa. Jiu-ge, ¿te has vuelto tacaño ahora que eres más joven?"
"Es de mi gege", replicó Jing Lin.
"¿Y qué?" Ah Yi respondió. "Él ya te ha dado tantas cosas".
"Devuélvemelo", dijo Jing Lin.
Ah Yi simplemente se recusó a soltarla y retrocedió balanceándola a su alrededor. "No voy a devolvértela. Solo piensa en esto como un regalo de año nuevo para mi..."
Jing Lin se adelantó. En el momento en que las palmas de sus pies pisaron el suelo, ¡Ah Yi sabía que Jing Lin estaba hablando en serio!
La nieve fina se salpicó desde el suelo, la intensidad del viento hizo que la multitud se cubriera la cara apresuradamente. Antes de que Ah Yi pudiera retroceder, la mano de Jing Lin ya estaba intentando agarrarla.
Ah Yi se preparó. "¡Muy bien entonces, Jiu-ge! ¡Pensar que por una bolsa me llegarías a pegar! ¡No te arrepientas más tarde diciendo que te he intimidado!"
Jing Lin no se enojó. Se escuchó un ruido cuando su capa se levantó por el viento. Ambos derrumbaron el puesto al lado de la calle, mientras gritos de alarma comenzaron a sonar alrededor de ellos. Ah Yi, siendo bastante rápido, agitó la bolsa delante de los ojos de Jing Lin como si estuviera haciéndole una demostración de fuerza. Jing Lin no pudo alcanzarla y sus ojos brillaron con ardiente furia.
Ah Yi lo encontró interesante y continuó, incluso, con más entusiasmo."¡Jiu-ge no puede alcanzarla! ¡No puedes alcanzarla!..."
Las palabras habían terminado de salir de la boca de Ah Yi cuando la parte de atrás de su cabeza golpeó en algo con un "pa". Antes de que pueda darse la vuelta, Cang Ji lo levantó del cuello de su ropa
Cang Ji, con un Ah Yi levantado estaba sosteniendo dos palitos de tanghulu en su otra mano. Él le dio una aparente sonrisa al preguntarle: "¿A quién estás intimidando?"
Ah Yi no podía alcanzar el suelo ni con las puntas de sus pies. Incluso su voz se volvió débil cuando le dijo: "Dage. Ge. Solo estaba jugando con Jiu-ge..."
"¿Crees que soy ciego?" Cang Ji lo sacudió. "Llegaste en un momento oportuno, así que no te vayas. Viendo que necesitas de unos buenos golpes, ¿estaría bien que te patee como a una pelota, cierto?"
Ah Yi luchó pero no conseguía liberarse. Él vio a Jing Lin sacar la cabeza desde atrás de la cintura de Cang Ji y abrazarlo en silencio, así que gritó: "¡Jiu-ge! ¿Qué crees que haces? ¡Jiu-ge, solo estaba jugando. ¡No te enojes!"
Jing Lin reveló su rostro. Ahora que cang Ji estaba aquí, las expresiones de Jing Lin se volvieron más cálidas.
"¡Ge!" Jing Lin tiró de la manga de Cang Ji y afinó sus labios en una línea tenue. "Quiero mi bolsa."
Cang Ji apretó el cuello de Ah Yi. "¿No lo escuchaste?"
Ah Yi inmediatamente le entregó la bolsa. "Aquí está. No es como si realmente la quisiera. Las calles están repletas de ellas."
Jing Lin rápidamente tiró de su bolsa. Inesperadamente, Ah Yi gritó a pleno pulmón: "¡Es un asalto! ¡Ayuda! ¡No hay seguridad en la capital!"
Un clamor de voces humanas interrumpió, barriéndolos como olas.
"¿¡Qué creen que están haciendo!?" Los sonidos de maldiciones e improperios llenaban los oídos.
Alguien empujó a Jing Lin hacia un lado. Él intentó luchar contra la muralla de personas, extendiendo la mano y haciendo todo lo posible para alcanzar a Cang Ji. Cang Ji se volvió a buscar a Jing Lin, Ah Yi aprovechó esta oportunidad para pisar el suelo. Él salió del mar de personas e hizo algunos gestos en medio de la multitud.
"¡Jiu-sao! ¡Vamos a despedirnos aquí!" Dicho eso, sostuvo la bolsa y dijo presuntuosamente: "¡Voy a llevarme esta bolsa como regalo de año nuevo dado por los dos!"
Jing Lin simplemente miró hacia abajo y vio cómo la bolsa en su mano se había transformado repentinamente en un puñado de nieve fina. Se abrió paso entre la multitud intentando perseguir a Ah Yi. Al notar esto, Ah Yi se dio la vuelta y salió corriendo. Dio unos pasos, saltó a lo alto de un muro, lanzándose hacia las nubes.
La expresión de Jing Lin cambió de muchas maneras. Cuando Cang Ji lo sacó de entre la gente, el joven maestro de apenas doce años, apretaba con fuerza ese puñado de copos de nieve, mientras miraba a Cang Ji con los ojos volviéndose rojizos.
"Mi bolsa", dijo Jing Lin, melancólico.
Cang Ji pudo oír el dolor en su voz. Él limpió su rostro e intentó persuadirle: "La recuperaré. Voy a recuperarla ahora mismo. Le voy a dar tal paliza que no va a poder encontrar el camino de regreso a casa."
Jing Lin dejó que Cang Ji le secara las lágrimas de los ojos. Las lágrimas amenazaban con salir, tanto que Cang Ji tuvo que alzarlo en brazos para calmarlo.
◈ ◈ ◈
Ah Yi se transformó en un fénix en el momento en que entró en las nubes. No atreviéndose a regresar a los lugares habituales, decidió hacer un viaje especial al inframundo. Pensó en ocultarse allí por un tiempo. Al menos Fei Luo podía considerarse un amigo. Siempre que lo avisara, él no divulgaría su paradero tan fácilmente.
Ah Yi voló veloz con el viento. Justo cuando estaba por llegar, una fuerza abrumadora cayó sobre su espalda. Ah Yi no necesitó mirar atrás. Ya había escuchado el rugido de Canglong. Todo el valor que había conseguido reunir hasta ahora, se desvaneció de inmediato. Sin siquiera atreverse a girar la cabeza, descendió desesperado hacia las profundidades.
El desierto se extendía hasta donde alcanzaba la vista. Él fénix aterrizó ostentosamente como una bola de fuego y se transformó en un joven hundiéndose en la nieve. Entonces, levantó la parte inferior de su túnica, saltando hacia el inframundo.
Ah Yi estaba en medio de ese salto cuando un fuerte zumbido resonó en sus oídos. Inmediatamente después, fue jalado hacia atrás y lanzado rodando sobre la nieve.
Jing Lin empujó a Ah Yi con cuidado hacia el costado de su cintura y lo aseguró entre sus pies. Solo entonces se agachó para recuperar la bolsa. Tras revisarla por un momento, la guardó de vuelta en sus mangas.
Ah Yi no tenía para donde correr, así que simplemente se echó en la nieve cruzando los brazos sin indicios de querer levantarse. "¡Mátame o córtame en pedazos, haz lo que quieras! Jiu-ge, tú..."
Ah Yi miró a Jing Lin, abriendo mucho los ojos.
"...¡has crecido tan rápido!"
En un instante, Jing Lin ya se había convertido en un joven de diecisiete o dieciocho años.
Jing Lin lo miró fríamente. "Para que no te quedes impaciente esperando."
Ah Yi se estremeció y respondió de inmediato: "No tengo prisa. Jiu-sao es quien..."
"Has mejorado bastante tras andar suelto vagando por siglos" Cang Ji, que ya había vuelto a su forma humana. Se agachó, le dio una palmadita en la mejilla de Ah Yi, "¿Te has vuelto más valiente, eh?"
Ah Yi asintió obedientemente. "Jiu-sao tiene razón. ¡Haré lo que Jiu-sao diga! Ya sé que actué mal. ¡Perdónenme, geges! Como hoy es un buen día, ¿pueden dejarme ir, sí? Solo lo hice porque quería divertirme contigo... ¡Sí, eso!"
Un soplo de niebla se sacudió la nieve.
◈ ◈ ◈
Cang Ji llevó de vuelta a Jing Lin. En ese momento, el cielo estaba nublado, como si fuese a nevar. Cuando salieron de casa por la mañana, aún podía llevar a Jing Lin en sus hombros, pero ahora Jing Lin había cambiado a una apariencia más familiar para él, así que ya no podía cargarlo.
Las calles estaban iluminadas con linternas de todos los colores que se extendían hasta perderse en el mar de gente. Todo eso estaba acompañado del aroma de la comida que se esparcía desde los puestos callejeros. La vitalidad del mundo mundano era palpable.
Jing Lin se tocó la cintura, pero sus manos estaban vacías.
Cang Ji presionó su pecho contra la espalda de Jing Lin, abrazándolo mientras caminaban sin prisa entre las calles, admirando las linternas. La escena que Cang Ji y Jing Lin podían ver de reojo ya se había oscurecido un poco. Pero inesperadamente, Cang Ji tenía un aire relajado similar a cuando era Cao Cang.
Este semblante cautivó a Jing Lin sin saber por qué. Había pasado por muchos cambios en un solo día, y el Cang Ji que veía también era completamente diferente.
"Tan hermoso" dijo de pronto Cang Ji que giró su linterna mientras sus labios se curvaban dejando ver una leve sonrisa. "Has estado mirándome todo el camino. ¿Cómo es que sigo esperando desde hace bastante rato y aún no me lo dices para escucharlo?"
Jing Lin fingió serenidad, y mirando la linterna dijo: "La linterna es muy bonita."
Cang Ji se inclinó junto al puesto, negándose a dejar que Jing Lin mirara a la linterna. "Todos dicen que la belleza está en los ojos de quien mira. Te permito que me lo digas una vez."
Jing Lin intentó apartar la mirada, pero Cang Ji se lo impidió con una mano. Había jugado el papel de gege todo el día; ya era tiempo de terminar.
"¿Hacia dónde miras?" preguntó Cang Ji. "Tu amado está aquí."
Aún había muchas personas pasando a su alrededor, y esas palabras pronunciadas por Cang Ji hicieron que las orejas de Jing Lin ardieran. Solo pudo mirar a Cang Ji, cuyo rostro aceleró su corazón.
Cang Ji bajó la voz. "¿Hice bien mi papel de gege hoy?"
Jing Lin parecía estar hechizado mientras asentía, como si negarlo fuera a herir su corazón.
Cang Ji añadió, "Entonces deberías recompensarme con algo. ¿No? Lord Lin Song."
Un perplejo Jing Lin, de diecisiete años, respondió: "Gracias..."
"'Gracias' es la palabra más inútil de todas", dijo Cang Ji, mientras giraba la linterna.
Tras un momento de silencio, Jing Lin se acercó un poco más. Tiró discretamente de la manga de Cang Ji y susurró, "Gege..."
Cang Ji levantó la linterna con una mano y la colocó a la altura de sus mejillas, ocultándolos de la vista de los demás. Soplando suavemente hacia Jing Lin, le dijo: "¿Pretendes escaparte solo llamándome gege?"
Jing Lin le preguntó mientras lo miraba: "¿Entonces qué debo hacer?"
La mirada de Cang Ji se deslizó hacia abajo. "Déjame probar un poco."
Los ojos de Jing Lin se llenaron de pánico. Levantó un brazo para cubrirse los labios diciendo, aturdido: "No, eso no se puede. Hay gente por todas partes."
"¿Por qué te avergüenzas?"preguntó Cang Ji. "Tú y yo ya estamos casados."
Jing Lin retrocedió, confuso. "¡Aun así, no aquí!"
Cang Ji soltó una larga carcajada. Luego dejó unas monedas en el puesto y, con la linterna en mano, rodeó a Jing Lin para susurrarle al oído: "'No aquí'.¿Por qué me suena tan familiar eso, hmm?"
Jing Lin se tapó los oídos. "¡Cao Cang!"
“No te oigo.” rió Cang Ji con fuerza.
Jing Lin, entonces, giró la cabeza para gritar: "¡Cao—!"
En un abrir y cerrar de ojos, Cang Ji levantó el mentón de Jing Lin y lo besó en los labios.
La nieve fina danzaba entre el panal de linternas de alrededor. Jing Lin retrocedió, chocando con los brazos de Cang Ji. En medio de todo el bullicio, el corazón de Jing Lin latía con fuerza. Cang Ji no solo lo besó, sino que también le acarició la punta de su lengua. Eso fue más de lo que Jing Lin podía soportar, el beso dejó su lengua entumecida.
Jing Lin estaba jadeando en busca de aire cuando Cang Ji lo dejó ir. Cang Ji acarició su cabello e hizo ademán de llevarlo a comer bollos. Pero Jing Lin, de repente, lo sujetó de la ropa, y con el rostro enrojecido, susurró torpemente:
"...Te amo."
◈ ◈ ◈
Varios días después, Dong Jun caminó hasta la entrada del Patio Zhenchan. Abrió su abanico plegable para protegerse de la luz del sol y llamó hacia el interior de la casa, pero nadie respondió.
"Esto es realmente un caso de 'se levantan tarde, cuando el sol está alto; pues la noche de la pasión es demasiado corta. Desde entonces, el soberano no asiste a su corte matutina'". Dong Jun agitó su abanico y volvió a gritar. "¡Hey! He venido desde lejos. ¿Pueden por lo menos darme un vaso de agua?"
Zui Shan Seng miró el color del cielo y dijo: "Puede ser que el Señor Emperador no quiera verte."
"No es como si le estuviera robando a su esposo", renegó Dongjun. "¿Por qué ser tan sin corazón?"
Zui Shan Seng reflexionó por un momento. "Si estuviera en su lugar, también fingiría no escucharte."
Dongjun suspiró. "¿Ya puedes callarte? Te ordeno que cierres la boca."
Ambos ya estaban en la salida cuando se escuchó abrirse la puerta. Una pequeña figura de piedra cruzó el umbral, luciendo completamente agotada mientras se acercaba a echar un vistazo a la puerta principal. Ella fue bajando las escaleras y apenas había dado unos pasos cuando vio al pequeño espíritu de hierba saliendo debajo del corredor.
El pequeño espíritu de la hierba se mostró particularmente animado al ver a la figura de piedra y saltó hasta que el capullo de flor en su cabeza se balanceaba descontroladamente. Pero al verla, la pequeña figura de piedra de repente se quedó rígida. Rápidamente se cubrió el rostro y retrocedió varios pasos para darse la vuelta, moviendo sus brazos y piernas del mismo lado al mismo tiempo. Todo eso, solo para acabar golpeándose la cabeza contra la columna.
◈ ◈ ◈
Cang Ji estaba fingiendo dormir al principio. ¿Cómo iba a imaginar que Jing Lin de repente se levantaría y le mordería la nuca? Su mordida hizo que Cang Ji se echara a reír.Cang Ji presionó la espalda de Jing Lin, girando la cabeza para apoyarse contra su frente, emanando su espesa aura de dragón, le preguntó: "¿Ya dormiste?"
Jing Lin respondió algo ininteligible con una voz ronca, haciendo que Cang Ji se echara a reír durante un buen rato. Al oírlo reír, la vergüenza de Jing Lin se transformó en ira. Apretó las mejillas de Cang Ji entre las palmas de sus manos y siseó con los dientes apretados: "¡Me engañaste otra vez!"
"Nada de eso", dijo Cang Ji. "De hecho, ya ni me acuerdo. ¿Cuántos días han pasado? Pero ¿por qué tú aún lo recuerdas? Estaba tan caliente aquel día que tu rostro se puso todo rojo.”
Jing Lin no respondió. Le dio un cabezazo en la barbilla a Cang Ji, negándose a dejar que volviera a tocar el tema.
Cang Ji suspiró. "Yo también me acuerdo."
Jing Lin lo ignoró.
Cang Ji acarició el hombro de Jing Lin con la punta de sus dedos y besó sobre la base de su cabello. "Ese día el sudor te corría por aquí que hasta podría agarrarlo. Es que hacía mucho calor. La próxima vez, haz que sea en un día lluvioso. Jing Lin, Jing Lin, se volverá todo agua."
Jing Lin se movió para deslizarse debajo de la manta, Cang Ji rodó y lo inmovilizó. Agarrándolo por la muñeca, lo besó en la mejilla.
"Pero el calor tiene sus propias ventajas". Cang Ji le dijo al oído. "Un apretón y temblabas. Una estocada y tu voz vacilaba. Eres tan, tan ardiente. Por dentro y por fuera."
Jing Lin levantó la cabeza y presionó sus labios contra los de Cang Ji para impedirle seguir hablando. Ambos se hundieron bajo la cama, besándose con ardor y sed.
Nota de Shijie, la traductora en portugués
Dios mío, qué desenfrenados son estos dos jajaja. Todo el capítulo fue muy tierno, y al final hasta me dio vergüenza 😅. Espero que les haya gustado, hasta el próximo extra~~~
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1. Joven Maestro.
(君上) Junshang, puede significar maestro o señor. Usado también para referirse tanto a un gobernante como a un cultivador de alto nivel.
2. Dísticos.
(春联) Chunlian. Tiene su origen en antiguas inscripciones escritas en tablones de madera llamados taofu (桃符), estos se colgaban en las puertas para espantar a los malos espíritus. Durante la dinastía Ming se convirtió en la tradición de escribir poemas breves en forma de dísticos o pareados, con mensajes de buenos deseos. Los dísticos son estrofas que poseen dos versos que riman entre sí.
3. Desde entonces, el soberano no asiste a su corte matutina.
De la “Canción del Arrepentimiento Eterno” (Chang Hen Ge) 《 長恨歌 》de Bai Juyi (白居易), un renombrado poeta chino y funcionario del gobierno de la dinastía Tang. Este poema cuenta la historia de amor entre el Emperador Xuanzong de Tang y su concubina favorita, Yang Guifei.

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