Maestro Espiritual de las Plantas - Capítulo 124: Fracaso en la posesión del cuerpo
Capítulo 124
Fracaso en la posesión del cuerpo
Lei Xuan apartó al aturdido Xiao Xiaofan, que aún en estado de shock lo siguió dócilmente.
“¿Tu Maestro te hizo algo extraño?” preguntó Lei Xuan, observando el rostro pálido del muchacho.
Xiao Xiaofan se rascó la cabeza.
“¡No lo sé! El Maestro dijo muchas cosas raras.”
“¿Qué fue lo que dijo?” insistió Lei Xuan.
“Dijo: “Querido discípulo, no quiero hacerlo, pero debo hacerlo. Eres tan sensato… seguro que estás dispuesto a ayudarme, ¿verdad? De todos modos, no te gusta cultivar, así que mantener este cuerpo es un desperdicio. ¡Idiota! Tienes un talento increíble, pero solo pierdes el tiempo, y me hiciste esperar un año para nada”. “Después de que me ayudes, ya no tendrás que cultivar en esta vida. Lo odias tanto… deberías estar feliz entonces”.”
Xiao Xiaofan gimió.
“Definitivamente cultivaré bien a partir de ahora.”
Lei Xuan le dio unas palmaditas en el hombro.
“Eso espero. Entonces, ¿qué ocurrió con tu Maestro?”
“El Maestro… se metió en mi cabeza” respondió Xiao Xiaofan.
Lei Xuan se quedó helado. Así que Bai Lizheng realmente había intentado apoderarse del cuerpo de Xiaofan. Llevaba más de diez años preparándose para esa posesión, jamás habría imaginado que fracasaría.
“¿Se metió en tu cabeza?” repitió Lei Xuan.
“Sí. Pero entonces fue golpeado por una luz dorada. Parecía herido, pero volvió a intentarlo, y otra vez fue rechazado por la luz. Estaba furioso, seguía gritándome… y luego, parecía que lo quemaba un fuego dentro de mi mente. Murió así. Yo… yo no quise que pasara.” La voz de Xiao Xiaofan sonaba triste.
Lei Xuan, sorprendido, preguntó:
“Ya veo… ¿y por qué te regañaba?”
“Me preguntó si había tomado la Píldora de Fijación de Almas. Dijo que tenía motivos ocultos, que había gastado demasiados recursos en mí y que yo era un desagradecido. También gritó que era un mocoso que merecía acabar en el decimoctavo nivel del infierno…” Xiao Xiaofan hablaba con el rostro lleno de lágrimas.
Había comprendido que Bai Lizheng pretendía hacerle daño, pero había fracasado. Pensar en el cuidado que el Maestro le había dado en el pasado y en la expresión aterradora que mostró al final lo llenaba de frustración.
“¿Tomaste la Píldora de Fijación de Almas?” preguntó Lei Xuan, con los ojos abiertos de par en par.
“¡No! ¿Qué es eso? No lo sé” negó Xiao Xiaofan con la cabeza.
Lei Xuan guardó silencio. Entonces recordó a Xiao Xiaodong. Cuando había ido a buscarlo antes, Xiao Xiaodong no parecía preocupado en absoluto. Y viendo el resultado, era como si ya lo esperara. Tal vez Xiao Xiaofan sí había tomado la píldora hacía mucho tiempo, aunque no fuera consciente de ello.
Era extraño. Xiao Xiaodong siempre había sido muy protector con Xiaofan, y sin embargo, se mantuvo tan tranquilo durante todo el incidente. Lei Xuan había tenido prejuicios contra él en el pasado, pero ahora solo sentía admiración.
“No se lo digas a nadie” le advirtió.
“Está bien” asintió Xiao Xiaofan.
El joven frunció el ceño con expresión decaída.
“¿Qué pasa?” preguntó Lei Xuan.
“Nada… es solo que se llevaron mis anillos espaciales. Todos” respondió con tono apagado.
“¿Había algo valioso en ellos?”
“No, nada importante… pero sí mucha comida. No veo a mi padre con frecuencia, así que siempre guardo lo que me prepara. ¡Qué suerte la suya, llevándose toda mi comida deliciosa!”
Lei Xuan suspiró en silencio. Incluso en ese momento, Xiao Xiaofan seguía pensando en la comida.
Bai Lizheng había muerto, y todas sus pertenencias habían quedado sin dueño. Aunque Xiaofan no había tocado ninguna, el resto de la secta ya estaba alerta contra él.
“Le enviaré un mensaje a tu hermano para decirle que estás bien” dijo Lei Xuan.
“De acuerdo” asintió Xiao Xiaofan.
“El anciano Bai ha muerto” informó Ouyang Jinyue a Xiao Xiaodong.
“Lo sé” respondió este con calma. “Escuché la música de luto. Un cultivador del Núcleo Dorado como él… también puede morir.”
Bai Lizheng había sido poderoso en vida, pero al final, su muerte no fue más que una gota en el océano.
“No esperaba que muriera tan pronto” dijo Ouyang con cierta sorpresa. “Pensé que aún viviría unos años más.”
Según su esperanza de vida, Bai Lizheng debería haber vivido al menos tres o cuatro años más, si no siete u ocho.
Xiao Xiaodong torció los labios. Si no hubiera intentado apoderarse del cuerpo de Xiaofan, quizá aún estaría vivo.
“¿Y Xiaofan? Debe de estar muy triste” comentó Ouyang.
“Parece más asustado que triste. Lei Xuan se lo llevó” respondió Xiao Xiaodong. Aunque no le agradaba la idea de que Lei Xuan se aprovechara de la situación para acercarse a Xiaofan, sabía que tener a alguien más en quien confiar no era algo malo, así que no se opuso.
Cuando Xiao Jingting recibió el mensaje de Xiao Xiaodong, soltó un suspiro de alivio.
“¿Cómo fue todo? Escuché que ese viejo Bai Lizheng murió” preguntó Xu Mu’an.
“Sí. Xiaofan está a salvo por ahora” respondió Xiao Jingting. Después de todo, Xiaofan era una raíz espiritual única. Si la Secta Inmortal de la Nube Verde maltrataba a un talento así, ¿quién se atrevería a enviar a sus hijos allí en el futuro?
Xu Mu’an bajó la mirada, inquieto. Bai Lizheng había muerto, y no sabía cuál sería ahora la actitud de la secta hacia Xiaofan. Aunque su vida no corría peligro por el momento, debía tener cuidado. Además, Bai Lizheng tenía muchos descendientes, y no era imposible que alguno guardara rencor porque su ancestro no había logrado apoderarse del cuerpo de Xiaofan.
Al salir, Xiao Jingting se encontró con Qiu Yun. Este lo observó con ojos inquisitivos.
“Supervisor Qiu” lo saludó Xiao Jingting con respeto. Le debía mucho y también le temía.
“Así que en realidad encontraste la receta de la Píldora de Fijación de Almas… impresionante” dijo Qiu Yun con un tono extraño.
“Xiaofan tuvo mucha suerte. Fue una coincidencia lo que le salvó la vida. Yo no tengo la capacidad de encontrar una receta así. El Supervisor me sobrestima” dijo Xiao Jingting.
Qiu Yun bufó con frialdad.
“Bai Lizheng valoraba demasiado su vida. Nunca habría actuado sin estar seguro. ¿Y esperas que crea que todo fue simple suerte?”
Xiao Jingting guardó silencio. Si Qiu Yun sospechaba algo, otros también lo harían.
“Realmente te subestimé. ¿Acaso tienes la capacidad de recuperar la fórmula de una píldora?” preguntó Qiu Yun.
Xiao Jingting quedó en silencio un momento. Qiu Yun pensaba demasiado bien de él. No era tan capaz… pero el espacio de jade sí lo era.
“No te preocupes” continuó Qiu Yun. “No tengo tiempo para desenmascararte, y hacerlo no me beneficiaría. Pero hay algo en lo que necesito tu ayuda.”
“Si necesita algo, solo dígalo, Supervisor Qiu. Si está en mis manos, haré todo lo posible” respondió Xiao Jingting. Qiu Yun le había ayudado mucho, y era justo devolver el favor.
Qiu Yun sacó un pergamino con una fórmula.
“Esta es la receta incompleta de la Píldora de Escarcha Verde. ¿Podrías ayudarme a recuperarla?”
“Haré lo que pueda” respondió Xiao Jingting, tomando el pergamino.
“Si logras recuperarla, te recompensaré bien” dijo Qiu Yun.
“Si no fuera por su ayuda, seguiría a ciegas. Esta es una deuda personal. Lo intentaré incluso sin recompensa” aseguró Xiao Jingting.
“Gracias.”
Al regresar, Xiao Jingting contó a Xu Mu’an lo sucedido.
“¿Píldora de Escarcha Verde?” preguntó Xu Mu’an, intrigado.
“Sí. Investigando un poco, descubrí que sirve para tratar lesiones internas causadas por el Fuego Puro Yang” explicó Xiao Jingting.
“Entonces, ¿Qiu Yun podría estar herido?” dedujo Xu Mu’an.
“Creo que sí. El Melocotón de Jade también ayuda con esas lesiones, aunque su efecto es débil” dijo Xiao Jingting. Tal vez Qiu Yun había estado demorando la refinación de esa píldora porque padecía una dolencia secreta.
“¿Alguien lo hirió?” preguntó Xu Mu’an con cautela.
“No lo sé. Pero no es nuestro problema. Solo debemos hallar la forma de recuperar esa receta” respondió Xiao Jingting.
“De cualquier modo, el Supervisor Qiu nos ha ayudado mucho. Hagamos lo posible por corresponder” dijo Xu Mu’an.
“De acuerdo” asintió Xiao Jingting.
Xiao Xiaofan yacía en la cama, molesto.
Desde la muerte de Bai Lizheng, muchos habían ido a interrogarlo. En el anillo espacial del anciano no había objetos valiosos, y la mayoría de sus posesiones había desaparecido. Todos lo presionaban para saber si conocía el paradero de su herencia.
Se sentía agraviado. Su Maestro solo lo había presionado para cultivar y jamás le habló de otras cosas. Pero todos parecían convencidos de que él sabía algún secreto, y lo acosaban cada dos o tres días.
“La herencia del Maestro debería haber sido entregada hace tiempo a sus hijos o sobrinos. ¿Cómo podría saberlo?” se quejó Xiaofan.
“No necesariamente. Bai Lizheng nunca pensó que fracasaría en la posesión, así que tal vez quiso conservar sus bienes para cuando regresara. Difícilmente los habría entregado.”
“¡Incluso si los escondió, yo no sé dónde!” gruñó Xiaofan.
“No le des más vueltas. Come algo primero” dijo Lei Xuan.
“Quiero comer la comida que prepara mi padre…” murmuró Xiaofan al mirar los platos.
“Lo siento. No puedo cocinar tan bien como él, pero haré lo mejor posible” respondió Lei Xuan con cierta incomodidad.
“Se llevaron toda la comida deliciosa que preparó papá…” suspiró Xiaofan. “¿Cuándo podré verlo?”
“Tu hermano dijo que, como tu Maestro acaba de morir, no deberías causar problemas. Me pidió que me quedara contigo para cuidarte” dijo Lei Xuan con seriedad.
Xiaofan lo miró con desconfianza.
“¿De verdad mi hermano te pidió eso?”
“Sí” afirmó Lei Xuan.
“Qué raro… ¿por qué te encargaría a ti?” preguntó Xiaofan.
“No lo sé” admitió Lei Xuan. Él mismo se había sorprendido cuando Xiao Xiaodong se lo pidió.
Xiaofan comió en silencio por un momento. Luego levantó la vista.
“Lei Xuan… gracias.”
Lei Xuan se rascó la cabeza, sonriendo torpemente.
“No tienes que ser tan formal conmigo.”
Mientras comían, un hombre entró en la habitación.
Lei Xuan lo reconoció de inmediato: era del Salón de Misiones. Frunció el ceño.
“Hermano Wang, ¿qué te trae por aquí?”
“Traigo una misión asignada por la secta” respondió Wang Jin.
Lei Xuan sintió un mal presentimiento.
“¿Qué misión?”
Wang Jin sacó una tarjeta y se la entregó.
“La secta solicita que el hermano Xiao participe en la misión de la Ciudad Luofeng para resistir a los cultivadores demoníacos.”
“¡Muchas personas han muerto en esa misión!” protestó Lei Xuan con dureza. “Xiaofan acaba de avanzar al Establecimiento de los Cimientos. ¿Cómo esperan que cumpla con una tarea tan peligrosa?”
“Está bien, hermano Lei. Es solo una misión” dijo Xiaofan con despreocupación.
Lei Xuan apretó los labios, incómodo. Xiaofan poseía una raíz espiritual única de fuego y debía ser protegido hasta alcanzar el Núcleo Dorado. Sin embargo, la secta lo enviaba tan pronto… Tal vez temían que guardara rencor por el intento de Bai Lizheng de robarle el cuerpo, y aprovecharían esa misión para deshacerse de él de una vez por todas.
Comentarios
Publicar un comentario