Trayendo a Taobao - Capítulo 172: El Rápido Desarrollo de Estrella del Mar Azul
Capítulo 172
El Rápido Desarrollo de Estrella del Mar Azul
—Jefe Lu —dijo Yu Qiang, lanzándole a Lu Rong una mirada evasiva y algo culpable.
—¿Qué pasó? —preguntó Lu Rong con una pizca de preocupación al ver la mala cara de Yu Qiang.
Yu Qiang exclamó, visiblemente irritado:
—Muchos se negaron a venir. Esos tipos me cobraron dinero y lo habían prometido todo, pero a la hora de la verdad se echaron para atrás. Y no solo eso, varios de ellos, no sé si fueron comprados por alguien, han estado diciendo por ahí que yo los iba a llevar a la muerte.
Lu Rong se encogió de hombros, sin darle mayor importancia.
—Tranquilo. Los que rompieron su palabra debieron ser sobornados. Si pueden ser comprados ahora, también podrán serlo en el futuro. Es mejor dejarlos atrás desde ya que arriesgarnos a tener problemas internos más tarde. La fuerza de un ejército no está en el número, sino en la calidad. Esos tipos no valen la pena.
Yu Qiang sintió que se le aclaraba el panorama.
—Jefe Lu, entiendo. —Aunque le seguía doliendo haber gastado tanto dinero.
Lu Rong hizo un gesto con la mano.
—Ese poco dinero lo recuperaremos enseguida. No te preocupes por eso. Lo importante es que definas cuanto antes quién está dispuesto a irse.
Yu Qiang asintió.
—De acuerdo.
Yu Qiang no lograba comprender por qué su propia gente se resistía a unirse a Lu Rong. ¡Qué jefe tan generoso! Era la primera vez que Yu Qiang conocía a alguien tan desprendido.
—Apúrate con esto. Si alguien quiere poner condiciones o quedarse, no le hagas caso ni intentes convencerlo. Que solo te sigan los que de verdad quieren marcharse.
El objetivo principal de Lu Rong era Mo Huai; Yu Qiang era solo un extra.
Yu Qiang asintió.
—Sí. —Con el respaldo de Lu Rong, Yu Qiang dejó de andarse con rodeos. Ignoró a los que no querían irse, desestimó a los que armaban un escándalo y simplemente organizó un punto de encuentro para los que sí estaban dispuestos a unírsele.
En la familia Yu.
La maniobra de Yu Liangcheng para incitar a la gente de Yu Qiang a rebelarse fue bastante efectiva. Muchos pensaron que no era buena idea irse con Yu Qiang y unirse a Lu Rong. Si bien Lu Rong había ganado algo de fama, también había muchos rumores negativos sobre él.
Además, la plaga de insectos cerca de Estrella del Mar Azul era muy grave, y bastó con un pequeño empujón para que muchos soldados se acobardaran y se retiraran.
Yu Liangcheng pensó que esto le causaría problemas a Yu Qiang, pero se sorprendió al ver que este actuaba con total frialdad. Abandonó de inmediato a los alborotadores y a los que se negaron a irse, llevándose solo a los dispuestos a seguirlo.
Con rabia, Yu Liangcheng se dio cuenta de que Yu Qiang se había llevado a los expertos, dejando atrás a todos los inútiles.
—La nave se fue. Demos el asunto por terminado —dijo Yu Wen.
Lu Rong había comprado varias naves de guerra, y el grupo partió con gran despliegue, atrayendo a muchos curiosos.
—También se fue Shangguan Ao, de la familia Shangguan. No sé qué le pasa por la cabeza para dejar de ser el gran Joven Maestro Shangguan y marcharse a trabajar para Lu Rong —comentó Yu Liangcheng con resentimiento.
El corazón de Yu Wen se hundió. Confiaba mucho en el criterio de Shangguan Ao. Si este estaba dispuesto a renunciar a su posición como heredero de la familia Shangguan para seguir a Lu Rong, significaba que veía mucho más futuro junto a él que quedándose. Si eso era cierto, la situación se ponía complicada.
—¿Qué piensas hacer con la gente que dejó Yu Qiang? —preguntó Yu Wen.
Yu Liangcheng se mostró decepcionado.
—Esos no sirven de mucho. Solo queda reclutarlos.
Cuando Yu Liangcheng convenció a esa gente, les prometió muchos beneficios. Sin embargo, al ver su bajo nivel de habilidad, ya no tenía intención de cumplir sus promesas. Después de todo, Yu Qiang se había ido, y a ellos no les quedaba más opción que unirse a la familia Yu.
En la Estrella del Mar Azul.
—¡Jefe, por fin regresó! —dijo Yuan Wei.
—¿Qué pasa, tanto me extrañaste? ¿Otra vez se quedaron sin provisiones? —bromeó Lu Rong.
Yuan Wei negó con la cabeza.
—Eso no, es que el Farmacéutico Shi está embarazado y no quiere ver a nadie. Muchas cosas quedaron sin resolver por falta de alguien que se haga cargo.
Lu Rong parpadeó y soltó una risa de complacencia.
—Vaya con el Doctor Shi. Solo está embarazado, ¿y ya le dio por la timidez?
Yuan Wei sonrió, cambiando el tema.
—Qué bien que regresó, Jefe. ¿Pudo traer consigo a un maestro fabricante de mechas esta vez?
Lu Rong asintió.
—Así es. Mo Huai trajo a su equipo. Con ellos aquí, la reparación de los mechas será mucho más fácil de ahora en adelante.
Mo Huai estaba un poco reacio al principio, pero Lu Rong compró varios planos de un nuevo mecha en la plataforma de comercio y se los entregó.
Al ver los planos, Mo Huai se sintió como si hubiera encontrado un tesoro y aceptó de buena gana unirse al grupo.
—¿El centro de investigación del Maestro Mo ya está listo? —preguntó Lu Rong.
Yuan Wei asintió.
—Ya casi está terminado, solo que... algunas instalaciones aún no están completas.
Lu Rong sonrió.
—No importa, podemos tomarnos nuestro tiempo. Mientras la comida sea buena, no creo que a los maestros les moleste.
Yuan Wei no pudo evitar reír.
—Está bien, lo tendré en cuenta.
Estrella del Mar Azul había cambiado radicalmente. Con el auge de las pociones y el negocio de las plantas, muchos comerciantes visitaban el planeta con frecuencia. El antiguo distrito comercial, abandonado tiempo atrás, revivía con un aire de prosperidad.
—Jefe, ¡las naves de guerra que trajo esta vez están increíbles! —exclamó Jiang Hua, acercándose a Lu Rong.
Lu Rong sonrió.
—Están bien. ¿Todo ha estado tranquilo por aquí últimamente?
Jiang Hua asintió.
—Sí, por acá todo en orden. Aunque en otras regiones la situación está fea. Nos vemos obligados a enviar tropas constantemente para ayudar a otros planetas.
Lu Rong asintió para sí. Un nido caído no deja huevos intactos. Ayudar a otros planetas era, de cierta forma, ayudarse a sí mismos. Si todos los planetas vecinos caían, ellos estarían al borde de la aniquilación.
—Esos insectos se reproducen sin parar. Apenas matamos a una tanda y enseguida nace otra. Es una molestia constante. Ojalá existiera una poción anticonceptiva para evitar que se reproduzcan —comentó Jiang Hua.
Lu Rong miró a Jiang Hua.
—¡Esa idea tuya es muy creativa! Podemos pedirle a A’Yuan que investigue en esa dirección. Si logra algún avance, sería maravilloso.
Jiang Hua dudó un momento.
—Creo que a alguien más se le debe haber ocurrido esa idea, pero sin éxito. Además, el Farmacéutico Shi no está de muy buen humor. Mejor no lo molestemos...
Lu Rong se quedó pensando. "El mal humor de Shi Linyuan quizás es el estado perfecto para investigar esa poción".
Tras regresar a Estrella del Mar Azul, Lu Rong se dedicó a gestionar su pequeño terreno con esmero. Pronto, la fama de la buena comida, las excelentes pociones y los mechas de calidad de Estrella del Mar Azul se extendió. La gente comenzó a llegar en busca de unirse a él.
—Jefe, acaba de llegar un maestro fabricante de mechas —anunció Zhang He.
Lu Rong parpadeó, mirando a Yuan Wei.
—¿Un maestro fabricante de mechas? ¿Por qué vendría un maestro así de la nada? ¿Será que quiere unirse a mí?
Zhang He asintió.
—Así es.
—Fui a hablar con el Maestro Mo Huai, y me dijo que no ha tenido mucha suerte investigando el nuevo mecha. Por eso, desglosó algunas estructuras y las investigó con unos viejos amigos. Al final, esos maestros también se interesaron y quisieron ver los planos completos. El Maestro Mo dijo que eran suyos y que no podía entregarlos sin su permiso.
Lu Rong asintió.
—Sí, algo de eso hubo. Mo Huai me preguntó, ya que compré los planos en la plataforma de comercio y yo no entiendo mucho de mechas para saber de qué nivel eran. Por eso le dije que, en lo posible, no los divulgara.
—Como el Maestro Mo no les dio los planos completos, el otro maestro vino a buscarlo. Dice que quiere unirse a usted y que espera que le proporcione los planos. ¡Asegura que no quiere un sueldo! —explicó Zhang He.
—El maestro fabricante de mechas ¡de verdad vino a unirse a él!
Lu Rong se quedó sin habla. "¡Y hasta dice que no quiere sueldo! ¡Genial! Me encantan los trabajadores que no cobran, y si ese trabajador es un maestro, ¡mucho mejor!".
—Jefe, ¿qué piensa hacer? —preguntó Zhang He con cautela al ver que Lu Rong se quedaba callado.
—No podemos rechazar a un maestro que viene a buscarnos. Sería de muy mala educación. Envíalo con Mo Huai. Sea como sea, es bueno que tengamos cada vez más maestros aquí. Solo asegúrate de cuidar bien de esos viejos. Si algo les pasa, la gente nos va a caer encima.
Yuan Wei asintió.
—Entendido.
Mo Huai estaba muy emocionado al ver a Bao Yuan.
—¡Viejo Bao! ¡No puedo creer que hayas venido! Contigo aquí, mi investigación avanzará mucho más rápido.
Bao Yuan lanzó una mirada de reproche a Mo Huai.
—¿Y de quién es la culpa, viejo tacaño? ¡No me dejaste otra opción que venir por mi cuenta!
Mo Huai se disculpó con un gesto.
—El material es del Jefe, no puedo compartirlo por mi cuenta.
Bao Yuan asintió.
—Lo entiendo. Soy afortunado de no tener ataduras. Los otros viejos también quieren venir, pero ya sabes, o tienen sus propios jefes o están ligados a sus familias. No pueden venir y están desesperados. ¡Se mueren de envidia al saber que estoy aquí!
Mo Huai extendió las manos, impotente.
—No lo hice con mala intención. Es información confidencial.
—Si la investigación tiene éxito, podría causar una revolución en el campo de los mechas —dijo Bao Yuan.
Los mechas más avanzados del mercado exigen pilotos con habilidades extraordinarias. Sin embargo, si los planos de Mo Huai daban fruto, podrían crear mechas poderosos que requerirían menos habilidad por parte del piloto.
Mo Huai asintió.
—Si lo logramos, será muy beneficioso para la situación actual de la Alianza. Aunque esto lleva tiempo.
Bao Yuan asintió.
—Cierto. Por cierto, me resulta muy curioso, ¿de dónde salieron estos planos?
—El Jefe dice que los encontró en la guarida de unos piratas. Podría ser que algún fabricante de mechas desafortunado fue asesinado por unos piratas ignorantes que no sabían lo que tenían —explicó Mo Huai.
Bao Yuan montó en cólera de repente.
—¡Si es así, esos piratas se merecen la muerte!
Mo Huai asintió, compartiendo la indignación.
—El Jefe dijo que esos piratas ya están muertos.
—Se lo merecían —afirmó Bao Yuan con indignación justificada.
—Viejo Mo, te veo algo más gordo. Por lo que veo, la comida de aquí debe ser muy buena, ¿no? —preguntó Bao Yuan, intentando calmarse.
Mo Huai asintió.
—Sí, es excelente, de verdad que sí. El Maestro Kuang Li, el de los vehículos espaciales, come incluso mejor, pero él es el padre adoptivo de Shen Xuan, así que no se vale comparar. Oí que dijiste que no querías un sueldo al venir. No te preocupes, la comida de aquí es tan buena que, incluso sin cobrar, no te arrepentirás.
Bao Yuan asintió.
—Oh, suena bien. La verdad, me daría igual si tuviera que beber solo nutrientes líquidos, siempre y cuando pudiera ver los planos.
Mo Huai negó con la cabeza.
—No creo que digas lo mismo después de ver el comedor de aquí.
Mo Huai había llegado con ciertas dudas, pero una vez allí, se dio cuenta de que Estrella del Mar Azul era un lugar increíble, sobre todo por su comedor.
Los soldados de Yu Qiang estaban encantados. Cuando no estaban luchando, hablaban de la deliciosa comida que habían probado. Por otro lado, los que no siguieron a Yu Qiang nunca recibieron el trato prometido por Yu Liangcheng en la familia Yu. Ahora, todos se arrepentían profundamente.
Comentarios
Publicar un comentario